Las semanas ultimas han estado cargadas de información y hemos tenido el corazón en un ahí desde que ocurriera el terrible terremoto de JAPON…
Las noticias se fueron sucediendo a velocidad de vértigo, primero tembló la tierra e inmediatamente después llegó el Tsunami…
La población Japonesa tenia medidas de contención para soportar un movimiento sísmico de grado 9 en la escala de Richter, como así lo demostraron; para lo que no estaban preparados era para sufrir, inmediatamente después, un Tsunami con olas de 10 metros de altura, que arrasaron todo lo que encontraron a su paso, pero para esto ¿quién está preparado?. La tecnología de la comunicación nos ha permitido ver escenas que solo parecían posible en la ficción.
El pueblo japonés ha demostrado su civismo, capacidad de trabajar por encima de los individualismos anteponiendo el interés de la comunidad, disciplina y un gran sentido de PAIS.
Y como dice el refrán, “Cuando algo va mal todavía puede ir peor”, por eso cuando todo el mundo no podía pensar en otra cosa más, que en las imágenes del Tsunami, llegaron los problemas con las centrales nucleares y a la falta de agua, comida y luz, perdidas personales y materiales se les unió la radiación nuclear.
El terremoto y el Tsunami, en los medios de comunicación, pasaron a un segundo plano y gran parte del debate se centró en el debate sobre las Energías, mientras tanto en JAPON luchan por evitar la catástrofe.
Por todo ello mi admiración por el pueblo japonés, y sobre todo por las personas anónimas que a pesar del peligro que existe para sus vidas están allí trabajando, las que se han ofrecido para ayudar como los jubilados y aquellos técnicos que se saben necesarios y en lugar de huir se han ofrecido y están a la espera de incorporarse a los equipos para aportar sus conocimientos y su trabajo.
Para ellos todo mi RESPETO y ADMIRACION
Érase una vez un pueblo en mayúsculas: JAPON
Tu respeto y admiración es el de tod@s. Una entrada muy sentida.
ResponderEliminarUn abrazo,
Rafa.