¿VIDEOCAMARAS EN LA VÍA PUBLICA?

Si algo me gustó siempre de Ceuta fue la seguridad de la ciudad, no hay mas que salir a la península para observar la diferencia con otros lugares, donde sus comercios, hasta los mas pequeños, están cerrados a cal y canto con sistemas de apertura controlados por los empleados de la misma, sistemas de alarma mas o menos sofisticados, videocámaras privadas. ..

Sin embargo últimamente estamos sufriendo una oleada de delitos que están acabando con esta realidad de la que disfrutábamos: los robos, los tiroteos, atracos y la quema de coches se están produciendo en las últimas semanas con demasiada frecuencia para una ciudad tan pequeña.

Llegado este punto todos nos planteamos que medidas se están tomando y cuales se podrían tomar. Desde luego hay que reforzar aquellas que se refieren a la seguridad privada de los propios comercios, pero como no todo se resume en robos, cabe plantearse otras medidas de carácter mas general como pueden ser: más presencia policial en las calles, un control más exhaustivo en los puestos fronterizos que impidan la circulación de la mercancía robada, e incluso la modificación del Código Penal para que los robos en comercios pasen a ser considerados delitos y no faltas.

A tenor de todo esto, está en la calle y en la mente de la administración local, la necesidad de adoptar como otra medida más la instalación de cámaras en las calles… yo tengo mis reservas acerca de la conveniencia de la misma, porque no tengo claro que el  beneficio que esta medida pueda reportarnos a la ciudadanía compense la perdida de privacidad que supondría, tanto es así, que incluso es motivo de preocupación para la agencia española de protección de datos, porque esta práctica plantea la disyuntiva entre la seguridad preventiva y una cesión de la intimidad de los usuarios, a quienes se puede captar en momentos privados. La ley de protección de datos reconoce que se debe garantizar la seguridad de las imágenes, que no se pondrán alterar, perder, tratar o permitir el acceso a ellas por personas no autorizadas, pero en un país como el nuestro y en una ciudad tan pequeña como esta permítanme dudar de la rentabilidad coste –beneficio que tendría.

Érase una vez una ciudad segura y tranquila donde vivir

Salud y hasta la próxima semana