Deja que la vida te despeine, decía Mafalda…
Pero
para dejarnos despeinar es imprescindible conseguir el EMPODERAMIENTO de
nuestras vidas. Y como el próximo viernes se celebra el día internacional de la
mujer trabajadora, como no volver a contemplar el EMPODERAMIENTO referido a las
mujeres?
“EMPODERAMIENTO”
es una desconocida pero hermosa palabra que habla de un proceso de cambio para
las mujeres y que implica la toma de conciencia sobre la situación desfavorable
de la que partimos en estas sociedades machistas en las que hemos sido
educadas, para adquirir, tras un proceso a veces doloroso, confianza en
nosotras mismas, alcanzando la autonomía
necesaria que nos permita tomar decisiones libremente sobre nuestras vidas asumiendo también las
consecuencias.
Por
supuesto esto no significa ser mas que los demás, especialmente referido a los
hombre, sino la capacidad de conseguir la toma de conciencia y la adquisición
de habilidades y nuevas actitudes que nos permitan acabar con la subordinación a estereotipos culturales de la sociedad en la
que vivimos para ser ciudadanas de pleno derecho, en igualdad real de
condiciones.
La experiencia del
empoderamiento comienza en la vida cotidiana, en lo intimo, desde la actitud psicológica e individual desde la
cual parte la propia mujer que se autolimita y que se impide a si misma la
libertad en espacios como la conquista del amor libre, no romántico, el
cuestionamiento del modelo de familia, el papel de reina del hogar que nos
esclaviza, la falacia del compartir, la relaciones de amistad, amor o sexo, la
revolución del trabajo que no llega, la
superación de la situación de las mujeres de enfermas perpetuas, la explotación
de las abuelas, la renuncia a la vida, la pasividad femenina, la servidumbre
voluntaria….
Érase
una vez un fututo con “mujeres despeinadas por eligir subirse al carrito de la montaña rusa, en vez
de mujeres peinadas porque nunca se subieron”. (Mafalda)
Salud
y hasta la próxima semana
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