INEPTOS, LISTILLOS Y CHORIZOS

La sociedad española ha ido asumiendo la situación económica y de crisis que estamos viviendo; esto desde un punto de vista psicologico es natural puesto que cuando se producen perdidas, primero aparece la resistencia y la negación seguido de la rabia, después hay un regateo y un intento de negociación y al final llega la aceptación;

El nuevo gobierno de España se ha encontrado el camino allanado en este sentido, como lo demuestra el hecho de que a pesar de estar semana tras semana anunciando medidas de recortes, incluso las que dijeron que no harían, aun así y con el consiguiente empobrecimiento que nos están provocando, la sociedad española ha asumido todo esto como necesario sacrificio de la mayoría para resolver los problemas que nos afectan.

Sin embargo y aunque la vida esta llena de contradicciones, hay algunas de ellas que son injustas cuando menos, porque mientras a la mayoría de nosotros nos hablan de medidas de austeridad y sacrificio, los especuladores están teniendo enormes ganancias de miles de millones de euros, el banco central europeo presentó hace unos días unos beneficios de cifras inimaginables para nosotros, el déficit del pais que motivará mas recortes se debe a la mala gestión de políticos de ayuntamientos y autonomías y sobre todo los daños causados a tantas familias de aquellos que presuntamente o no, haciendo uso de su situación de poder han metido la mano en la caja del dinero publico enriqueciéndose con nuestros sacrificios o peor aun, siendo la causa de que ahora personas que no han hecho mas que trabajar estén pasando momentos muy malos.

Y es cierto que chorizos, listillos e ineptos hay en todas partes pero en política y con el dinero público es inadmisible e inmoral. Por eso es fundamental la lucha contra todas estas conductas… esperemos que además de la austeridad y el recorte se tomen medidas que corrijan definitivamente estas situaciones, que la paja en el ojo ajeno siempre se ve pero la viga en el propio, que difícil es encontrarla y con lo dicho a buen entendedor pocas palabras bastan.