miércoles, 4 de enero de 2012

VIOLENCIA DE GENERO VS VIOLENCIA EN EL ÁMBITO FAMILIAR

LA VIOLENCIA DE GENERO NO SE PUEDE CONFUNDIR CON VIOLENCIA EN EL AMBITO FAMILIAR.
Las cosas hay que llamarlas por su nombre, eso decía mi madre, porque es la única forma de saber lo que nos traemos entre manos y por tanto de  solucionarlas, y esto que puede parecer tan obvio, cuando hablamos del maltrato de hombres contra mujeres deja de serlo.
La recién estrenada ministra de sanidad, política social e igualdad, Ana Mato cometió un error de bulto la primera vez que EN SU MANDATO tuvo que hablar del asesinato de una mujer a manos de su pareja, llamándolo violencia en el entorno familiar en lugar de violencia de genero. Hoy he querido hacer una reflexión sobre el tema porque desde que ocurrió el incidente he leído y escuchado muchas opiniones que solo ponen de manifiesto el desconocimiento que hay sobre la importancia del lenguaje y de definir adecuadamente los problemas, máxime en un tema como este.
Llamar VIOLENCIA DE GENERO al maltrato físico, psíquico o sexual que un  hombre LE INFRINGE a una mujer en el marco de una relación afectiva no es una invención de Zapatero, de Bibiana Aido o de los socialistas españoles de los últimos tiempos, es un término acuñado durante la Conferencia de Pekín de las Naciones Unidas, en 1995 y por tanto es un nombre con un recorrido y un reconocimiento internacional de diecisiete años.
Con él se definió un problema social de primera magnitud  que viven muchas mujeres por razón de su sexo y como consecuencia de la cultura tradicionalmente de estructura patriarcal que es la base de la mayoría de las sociedades del mundo.
VIOLENCIA EN EL ENTORNO FAMILIAR incluye muchos supuestos como puede se que un hermano asesine a otro hermano, o que un tío mate a una sobrina o que un padre agreda a un hijo, pero de todas las situaciones posibles en el ámbito familiar la que se repite una y otra vez en un numero elevadísimo  de casos convirtiéndose en un problema social por el numero de mujeres afectadas, por la repercusión social que tiene, por el daño en la salud de ellas  y de sus hijos e hijas y por el desenlace fatal que tiene en demasiadas ocasiones solo es la VIOLENCIA DE GENERO.
El tiìficarla con una etiqueta que la define exactamente PERMITIO QUE ESPAÑA EN 2004 SE APROBARA UNA LEY DE MEDIDAS DE PROTECCION CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO que ha dado pie a que de las 135.540 denuncias presentadas el año pasado en España por Violencia de género se pudieran dar 37900 órdenes de protección y se condenaron a 16000 hombres, murieron 13 mujeres menos que en 2010. Además la Fiscalía General del Estado considera que solo el 0,01 por ciento de las denuncias podrían ser falsas, muy por debajo de las denuncias que se producen en cualquier otro tema.
Por eso la Ministra que tiene que defender la igualdad entre mujeres y hombres no debe volver a cometer el mismo error, porque de la denominación dependerá su capacidad para entender el problema y de ello la eficacia de su trabajo y por tanto la vida de muchas mujeres, en los próximos cuatro años.

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