La vida continua y pasadas las elecciones, mientras esperamos que Rajoy en su profundo silencio decida las medidas con las que va a iniciar su gobierno, como digo, la vida prosigue, nunca mejor dicho e el caso de aquellas personas que habiéndose contagiado con un virus potencialmente mortal, hoy por hoy, tienen un futuro; me refiero a las personas Seropositivas para el VIH.
El proximo 1 de diciembre se celebrará el día mundial de la lucha contra el SIDA.
Es curioso como cuando hablamos de Tuberculosis o de Malaria todo el mundo piensa en los aspectos estrictamente médicos de la cuestión, sin embargo cuando se pronuncia la palabra SIDA automáticamente se asocia a todos los estereotipos y prejuicios que acompañan a esta enfermedad y que dan pie al estigma que sufren las personas que están infectadas por el virus que la provoca.
El inicio de esta enfermedad en los años 80 se asocia a las trabajadoras sexuales y a los varones homosexuales activos; el desconocimiento de la enfermedad, la falta de tratamientos adecuados que hacían que fuese una condena a muerte y la difusión que los medios hicieron de la misma por el temor al contagio y a la muerte, generaron un halo de prejuicios, que hoy por hoy, 30 años después, siguen existiendo a pesar de que las personas más afectadas son mujeres heterosexuales, no necesariamente promiscuas, que la enfermedad ya no es mortal gracias a los científicos, que existen tratamientos y se prevé su erradicación para dentro de diez años, y como digo, a pesar de todo ello, los prejuicios se mantienen intactos, probablemente por ser una enfermedad de transmisión sexual no asociada a prácticas de varones heterosexuales y por la actitud moralizadora que las religiones principales han adoptado irresponsablemente frente a esta enfermedad.
ESPEREMOS que en el FUTURO seamos capaces de hablar de SIDA como lo que es, una enfermedad y no como "un castigo divino".
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